viernes, 21 de septiembre de 2012

Historia de la ruta jacobea aragonesa


Para que un peregrino llegue a Santiago a visitar los restos del apóstol, puede escoger varios caminos. Todos empiezan de lugares diferentes, pero terminan en el mismo lugar. La ruta tradicional es el que usaban los franceses, que recorre todo el Norte de España por Navarra, La Rioja y Castilla y León antes de entrar en Galicia. Sin embargo, se puede entrar en Navarra por hasta cuatro sitios diferentes, que son: por el Baztan, por el Ebro, por Roncesvalles y por el Monasterio de Leire, desde Aragón. Es a esta última a la que voy a dedicar toda mi atención.

Se desconoce el porqué del origen de este ramal del camino. De hecho, se conoce que los primeros peregrinos que entraron en Aragón no lo hicieron por el puerto del Somport, como se hace hoy en día, sino por el puerto del Palo, en el valle de Hecho. Utilizaban una antigua vía romana que comunicaba Zaragoza con el Beárn francés, que pasaba por el monasterio San Pedro de Siresa, y se dirigían a Pamplona, algo que difiere de como se hace ahora, pues en ningún momento se pasa por la capital navarra. Sin embargo, Isaac Moreno Gallo, ingeniero de Obras Públicas, afirma: “Todo indica que el origen de este camino fue el tránsito de ganado para el aprovechamiento de los pastos del fondo del valle y el trajín de arrieros y de mulateros que por diversos motivos preferían eludir el camino principal del Somport. Su trazado y su técnica en general no superan la que pudiera aplicar un pastor, aunque algunos historiadores han imputado esta obra a los excelentes ingenieros romanos”.

En torno al siglo XI, es cuando se empieza a utilizar el puerto del Somport, el Summo Portu de los romanos, en detrimento del valle de Hecho. Por esta ruta se cobraba un peaje mercantil del que estaban libres de pago los peregrinos. En Candanchú, se situaba el Hospital-monasterio de Santa Cristina del Somport. Actualmente en ruinas, en su origen la leyenda habla de una paloma: “Dos caballeros peregrinos que atravesaron el Somport bajo un virulento temporal de nieve decidieron construir un hospicio. Cuando trataban de ubicar el futuro emplazamiento, se les apareció una paloma blanca con una cruz de oro en su pico. Trataron de alcanzarla, pero el ave se escapó y les condujo hasta un claro en el bosque alto. Allí depositó la cruz, y allí se erigió el Hospital de Santa Cristina, cuyo escudo representaba la paloma anunciadora” (http://jacobeo.aragon.es/flash/principal_flash2.php ). Era la más famosa y la mayor institución de todo el reino, y fue considerado el tercero de mayor importancia mundial, tras los de Roma y Jerusalén.

Al llegar a Jaca, el camino deja de tener dirección Norte-Sur para tener Este-Oeste. Una vez que llegas a Puente de la Reina de Jaca (no es el famoso Puente de la Reina navarro, donde confluyen varios caminos), el camino se abre en dos subramales, por la margen izquierda o por la derecha del río Aragón. Ambas vuelven a confluir en Sanguesa, ya en Navarra. Hay una pequeña bifurcación para acercar a los peregrinos a San Juan de la Peña, para la veneración de sus numerosas reliquias, entre la que se encontraba el Santo Grial antes de que fuese trasladado a Valencia, donde se encuentra actualmente.

Ya en el libro del Códice Calixtino (s. XII, se le atribuye a Aymerc Picaud), famoso tanto por su altísimo valor histórico como por los recientes sucesos ocurridos en torno a él, ya aparece en el libro V el itinerario del Somport: “Cuatro son los itinerarios que conducen hacia Santiago y que en Puente la Reina, en tierras españolas, confluyen en unos solo. El primero pasa por Saint-Gilles, Montpellier, Tolosa y Somport...”. En ella se utiliza la vía Tolosana, procedente de Toulouse, y utilizada sobre todo por italianos y gente de la Provenza francesa, aunque también de Centroeuropa, Inglaterra y Flandes Sin embargo, en la guía se menciona que esta parte del camino se puede hacer en tan sólo tres etapas, algo que es imposible tanto a pie como a caballo. En la actualidad, son seis etapas, de entre 20 y 30 kilómetros cada una de ellas.

En el siglo XVI, a raíz de la reforma protestante, de la militarización y fortificación de las fronteras, de la constante rivalidad con Francia y de la inseguridad de los caminos, hizo que el camino entrase en crisis. No fue hasta finales del siglo XX cuando el Camino fue atravesado de nuevo por miles de peregrinos. Ha recibido diversos títulos y honores: en 1987, el Consejo de Europa lo declaró “Itinerario Cultural Europeo”, y en 1994, la Unesco lo nombró Patrimonio de la Humanidad. En la actualidad, el Somport y Roncesvalles compiten por ser la puerta de entrada del Camino a España, con una considerable ventaja para el valle que tanto mal le dio a los ejércitos de Carlomagno.

Carlos Romeo Sanz

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