viernes, 28 de septiembre de 2012

La conquista del Polo Sur


Lo primero de todo, me gustaría aclarar, aun sabiendo que el blog temático grupal es de viajes por España, ha sido decisión mía hacer esta práctica de un hecho relevante que se produjo fuera de las fronteras de nuestro país y sin ninguna participación española. Por lo tanto, si se tuvieran que tomar responsabilidades, pido que se me apliquen a mí exclusivamente. Lo he hecho así puesto que creía que este acontecimiento relevante, al igual que desconocido por el gran público, aparte de que siento una gran atracción e interés por este capítulo en especial de la Historia. Aclarado esto, comenzamos.

Hace aproximadamente 100 años, se vivió una de las carreras más apasionantes de la historia. Similar a la de la conquista de la Luna ofrecida por la URSS y EEUU en la Guerra Fría, pero con distintos competidores: Noruega y Reino Unido, personificada en Roald Amundsen y el Capitán Robert Falcon Scott respectivamente.

El noruego, que siempre había sentido especial atracción por el Norte, logró varios éxitos en él: atravesó el Paso del noroeste, el estrecho entre los océanos Atlántico y Pacífico y descubrió el Polo norte magnético. Sin embargo, a la hora de conquistar el Polo Norte, se le adelantó Robert Peary, un explorador estadounidense.

Por su parte, Robert Scott era un capitán de la Royal Navy, que en 1901 había dirigido una Expedición Antártica Nacional Británica a borde del buque Discovery alcanzó la bahía de la Ballenas, frente a la plataforma de Ross.

La carrera comienza en el momento de la partida, cuando la expedición noruega parte el 3 de junio de 1910 desde Oslo a bordo del Fram. Su destino era el Ártico, pero Amundsen cambió la dirección, sorprendiendo a toda la tripulación. En Madeira, última escala antes de la Antártida, escribió a Scott para informarle del cambio. El 14 de enero de 1911, instalan el campamento base en la bahía de las Ballenas. Por su parte, la expedición británica Terra Nova parten el 1 de julio de 1911 desde Inglaterra. Desembarcaría en el cabo Evans.

El 19 de octubre de 1911, Amundsen iniciaba la marcha con otros 4 noruegos y perros que tiraban de los trineos. Scott empezó el 24 de octubre, acompañado de 8 compañeros, de ponis siberianos y de trineos a motor. La distancia que tenían que recorren superaba los 1.450 kilómetros.

El 8 de diciembre, los noruegos llegan al punto más meridional alcanzado por el británico Shackleton en su expedición de 1907-1909, a 155 kilómetros del polo. Tan solo seis jornadas más tarde, el 14 de diciembre de 1911, a las 15 horas, Noruega conquista el Polo Sur. Allí, izaron una bandera de su país (al estilo de EEUU en la Luna), levantaron el campamento Polheim y se hicieron algunas fotografías que recogen ese histórico hecho. Scott, en esos momentos, se encontraba a 572 kilómetros de distancia.

“Seguramente nunca un hombre se ha enfrentado, como me pasaba a mí, al hecho de haber alcanzado algo diametralmente opuesto a aquello con lo que ha soñado. Las regiones del Polo Norte –sí, el mismísimo Polo Norte– me habían atraído desde mi juventud, y heme aquí, en el Polo Sur. ¿Cabe imaginar mayor despropósito?”. Roald Amundsen.

Roald Amundsen (Google Imagenes Commons)

El 21 de diciembre, Scott termina la plataforma de Ross. Allí, escoge a cuatro compañeros que le acompañarán al polo y envía al resto de regreso. El 6 de enero de 1912 alcanzan el Shackleton y once días después, el 17 de enero, alcanzan el Polo Sur, llevándose una desagradable sorpresa: los noruegos se les han adelantado. Se encontraron allí la bandera y la tienda dejada por éstos. Llegaron 34 días más tarde que sus competidores. Las fotos que hacen muestran unas caras de completa resignación.

Tras el éxito, los noruegos iniciaron la ruta de regreso al campo base, a donde llegarían tras 99 días de marcha, el 20 de febrero de 1912. Por su parte, Scott inició el regreso, pero nunca lo terminó: la Antártida se cobró sus vidas. El regreso de los británicos estuvo lleno de infortunios que les impidió regresar con normalidad. El primer incidente fue la caída de Evans en una grieta, lo que les hizo demorarse. A esto hay que añadir que la llegada del mal tiempo y a la imposibilidad de utilizar el combustible por el frío. El 17 de febrero, Evans muere. El 16 de marzo, Oates, el más perjudicado de los británicos, abandonó la tienda y se marchó. No regresó nunca. No quiso ser una carga para sus compañeros. Sin embargo, este hecho de indudable valentía será en vano, puesto que el resto de la expedición tampoco logrará alcanzar el campamento base. El 29 de marzo es la última anotación del diario de Scott. Fueron incapaces de continuar, y esto a pesar de que se encontraban a tan sólo 18 kilómetros de un depósito de víveres y combustible.

Si hubiéramos vivido, habría podido contar una historia que hablase de la audacia, la entereza y el coraje de mis compañeros, que habría conmovido el corazón de los ingleses. Tendrán que ser estas improvisadas notas y nuestros cadáveres los que la cuenten”. Robert F. Scott.

El verano siguiente, una expedición de socorro encontró los cuatro cuerpos metidos en sus sacos. Scott se convitió en un héroe nacional, a pesar de su fracaso. El 11 de febrero de 1913, el London Herald informaba de la muerte de Scott. Se atribuye en fallo de Scott a la elección de la ropa, puesto que el noruego eligió la ropa que usan los lapones, mientras que el capitán de la marina prefirió la lana. También se le achacan la estrategia, el elegir una ruta mucho más peligrosa y complicada, y elegir como animales de carga a ponis siberianos en lugar de a perros.

Para aquellas personas que deseen conocer más sobre este apasionante suceso, les recomiendo el libro de Javier Cacho, titulado Amundsen-Scott, Duelo en la Antártida, de Fórcola Ediciones. Si desean saber más sobre el continente de hielo, pinchen aquí:

Nada más. Muchas gracias.

Carlos Romeo Sanz

Fuentes:

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